La aplicación del modelo implicó el estudio y análisis de eventos naturales y socio-económicos que inciden en el nivel de exposición del territorio de cada municipio, teniendo como fin último, la formulación de propuestas de medidas estructurales y no estructurales para la reducción de la vulnerabilidad.

Los estudios realizados derivan en la preparación de mapas e instrumentos de planificación por municipio, ya que se considera a esta instancia administrativa como el punto local, a partir del cual deben impulsarse iniciativas que permitan la reducción de la vulnerabilidad bajo un marco de desarrollo sostenible. Siendo que el municipio es el actor protagónico de gestión local de riesgos y que, bajo este entendimiento, se constituye como beneficiario directo de todos y cada uno de los productos.